Le puse este título a este articulo Amor Roto, simplemente porque en mis sesiones de orientación de parejas casadas; siempre me preguntan si hay un ejercicio o “formula” para poder estar siempre en paz en su relación. Mi respuesta es que no la hay.
Solo podemos desarrollar una “estrategia de comunicación” que nos permite conocernos, mejorar nuestra forma de escuchar al otro para poder comprender su lenguaje de amor, entender mejor sus fortalezas y debilidades de su temperamento; de esa manera podemos descubrir un perfil de su personalidad.
Sin embargo, como todo, la practica hace al maestro, al carecer de la disciplina para poder tomar un tiempo para practicar una comunicación profunda para poder analizar y resolver escenarios, cuando se presenta un conflicto o desacuerdo; sino sabemos dialogar con nuestras diferencias, entonces terminaremos en discusiones que desgastan el amor afectivo y espiritual, hasta llegar al extremo de terminar la relación.
Diariamente estamos expuesto a muchas cosas que nos desafían nuestro estado de ánimo, nuestra mente está llena de pensamientos, que estamos expuestos a tomar daciones solo con las emociones y no con un pensamiento claro para resolver un problema.
Muchas parejas acuden a mí para que yo les diga como resolver el problema que están teniendo, pero, lo primero que les respondo “yo no te voy a dar una fórmula que por arte de magia resolverás el problema”; los invito a que evaluemos cual es el origen del problema y en muchos de los casos, ellos tienen la repuesta y la solución al problema, lo que hago es solo ponerlos a ejercitar el dialogo para que realmente se conozcan.
La realidad es que muchas de las parejas me sorprenden, cuando en pocas sesiones de ejercitar la comunicación para que se conozcan, en ellos encuentras las soluciones a sus problemas; descubriendo sus temperamentos, ¿cuál es el lenguaje del amor de cada uno?, ¿cuál es su personalidad y el estado de salud mental? Me gustaría decir que cuando nacemos, venimos con el manual de ¿Quién soy?, escrito en nuestro interior, por eso si no nos conocemos, cometemos tantas fallas en el momento de interactuar con otra persona, sea el esposo o esposa, hijos, familiares y amigos.
No solo es aceptar como es una persona, es conocerla, profundizar como interactuó con ella para tener una relación más eficaz, productiva y feliz; no estoy diciendo que no tendremos otros desacuerdos o conflictos futuros, pero al menos sabremos cómo enfrentar el nuevo conflicto para resolverlo.
Cada pareja es un mundo, así como cada uno de los miembros de una familia, nacemos en familias, culturas, ambientes, tradiciones, reglas, lenguajes y con temperamentos diferentes, estas variables de cada uno pueden ir en contra de nosotros si no las conocemos y no sabemos cómo leer esto en los demás.
No le ponemos importancia a esas variables, damos por hecho que no necesitamos tener una actitud de saber escuchar, de comprender y conocer al otro, que así es como son las cosas y aceptarnos así; acostumbrados al conflicto de la mala comunicación y falta de conocimiento mutuo. Debemos de aceptar que todos somos diferentes que somos una gran familia humana que puede colaborar unida uniendo sus talentos sus diferencias para poder enriquecer una familia y una comunidad.
El poder ejecutar esta forma de comunicación de profundizar nuestro conocimiento de nosotros mismos y los demás, evitara que nuestros conflictos sean mayores, podremos decir que encontramos la paz en nosotros mismos; es donde Dios nos pone acertadamente los detalles de nuestra creación. Deseo que podamos conocernos mejor y dejar de lado las barreas que nos impiden no solo ser aceptados o comprendidos, si no mas allá una interacción fortalecida con esos detalles que nos hacen ser únicos e irrepetibles
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