No ser copia de otras personas
- Jose Martinez
- Jun 5, 2020
- 5 min read

Foto de Gerd Altmann en PIXbay.
“Protégete de ideas que te confunden y distorsionan tu esencia humana”
En mis tiempos de estudiante había muchas materias que se impartían como filosofía, sociología, matemáticas, métodos de investigación y otras muy importantes. En las clases se dedicaba tiempo a pensar, no repetíamos los contenidos de los libros, los leíamos y los analizábamos. Hoy hay mucha información, tenemos una cantidad enorme de datos que nos llega todos los días, escuchamos, leemos, vemos, nos platican, etc. Escuchando a las personas me doy cuenta de tantas variables e ideologías que acarrean y que muchos no la cuestionan.
Muchas personas se dejan influenciar por otros sin profundizar lo que dicen y terminan siendo adeptos o discípulos de esas personas. Puedo afirmar que existen muchas personas que pueden influenciar a otros de manera muy positiva y para el bien común; pero hay otros que solo crean confusión y caos en nuestra mente.
Jesucristo, también se le nombra el maestro de maestros, el no tuvo necesidad de que se le etiquetara con un me gusta (like), tener seguidores o suscriptores de sus charlas; con sus parábolas en el nuevo testamento ha cambiado la vida de millones; con su influencia es una fuerte inspiración para conocer nuestro interior y encontrar nuestra misión en este mundo, que es Amar.
Sin embargo, la humanidad pone sus esperanzas en líderes de “papel” o se dejan influenciar por personas como si los hipnotizaran con sus palabras, buscando un discurso que le permita gritar sus frustraciones, sus desacuerdos hacia la vida; esa es una manera de dejarnos programar por ideologías distintas que nos alejan de nuestra integridad como seres humanos. Cuando dejamos de desarrollar el pensamiento nos convertimos en personas que copian actitudes, seguimos ideologías sin sentido, rompemos con nuestra propia armonía, repetimos información como “pericos” y nos dejamos llevar por la moda y la programación de los medios que nosotros mismos dejamos que se siembre en nuestras mentes.
Dejamos de leer por estar solamente viendo videos todos los días con cualquier dispositivo electrónico que tengamos en la mano, mal nutrimos nuestros pensamientos con mensajes fugaces para mantener un estado de efímero de esparcimiento, solo para entretener la mente para programarla en cosas e ideas que otros desean que pienses.
El dinero que solo es un instrumento se ha divinizado, convertido en un dios de satisfacción, de lujo, de la avaricia, de poder sobre los demás; buscamos más allá de lo básico para vivir. Es importante educar a la familia en este sentido de dar la dimensión adecuada a los recursos materiales. Se debe desarrollar el pensamiento para no solo ser un repetidor de la idea que con solo el dinero seré “feliz”.
Durante un tiempo medite acerca de cómo el exceso de ver la televisión, donde hay una programación de videos, noticias, series, etc., nos podría llegar enfermar; reflexionemos: los medios de comunicación son una programación de masas, antes de la televisión lo hacia la propaganda a través de oratoria, después el cine. Cuando nos enajenamos al ver muchas noticias, series, películas, eventos, con contenidos trabajados por un guionista y dirigidos por personas que tienen alguna ideología, pues de cierta manera quedan pensamientos sembrados en la mente. Debemos de cuidar que nuestra formación y educación tenga la preparación de ser un crítico para poder cuestionar esos contendidos y no dejarnos fácilmente influenciar por ideas no sustentadas en valores en el bien común.
No debemos de perder la objetividad y verifiquemos el discurso de las personas, analiza y no dejes que te siembren o te confunda con ideas mezquinas, dialoguemos y pensemos sobre muchas opiniones y concluyamos que es lo mejor para tu familia y la comunidad.
Cuando estemos en nuestra casa, descansa ejercitando el silencio en tu mente, apaga todo aparato, que ese momento sea para encontrarte más contigo, para saber que hay más en ti. Organiza las ideas, pide a tu familia si estas casado o si vives con alguien que te de unos momentos para estar solo y después prepárate para estar con las personas para disfrutar de un buen dialogo y debatir las ideas. Me apasiona dialogar con mi esposa e hijos iniciando breves debates, desde cosas tan simples y cotidianas como mantener limpia la casa hasta temas más complejos de política y economía. Hablamos sobre las ideas que ellos escuchan en sus clases de la universidad, en las redes sociales y como sienten si estas les afecta.
Juntos cuestionamos si esta época está dando demasiada importancia a la comunicación virtual más que la presencia física. Analizamos como el poder lo tiene la televisión, los canales noticiosos y en si todos los medios de comunicación que te programan con tendencias enviando diariamente mensajes con su programación.
Tenemos que hacer un alto y revisar lo que nuestra familia está consumiendo en los contenidos de los medios de comunicación, televisión, canales de películas, redes sociales, los amigos de la escuela, las organizaciones, etc.
Debemos de evaluar esos contenidos y seleccionar que verdaderamente nos alimenta nuestra mente, alma y espíritu para estar en armonía. Solo seamos sinceros con nosotros mismos, nos debemos de sensibilizar y estar alertas con esos contenidos que pueden alterar nuestro estado de ánimo, nos provocan un comportamiento compulsivo o pueden ayudarnos a ser mejores personas pensantes.
Hay mucho material en la red y en los medios, para bien o para mal, está ahí, esperando ser consumido por nosotros, pero al analizar todo eso debemos de separar lo que es basura del buen contenido. Es como los alimentos podemos comer solo “chatarra” o nutrir al cuerpo para estar bien.
No seamos seguidores cegados por discursos engañosos, con falsas expectativas, con palabras incendiarias y falta de respeto por la vida de los demás.
Pensemos en formar un mundo mejor, con mayor intercambio de ideas, de cultura, de acuerdos para el bien común de toda tu familia, comunidad, pueblo, ciudad y para todo el mundo.
Seamos libres pensadores para mejorar todo nuestro entorno, disfrutemos de las diferencias. En el mundo cibernético, lo virtual se está dando como pan de todos los días, ya es una norma, pero como he compartido en otros artículos el exceso de estar enfrente de los electrónicos nos atrofia nuestra mente y nuestro cuerpo. Necesitamos movilidad y ejercitar también nuestra mente. Necesitamos compartir tiempo con otras personas.
Finalmente: Hace unos años tuvimos la idea de celebrar un cumpleaños de uno de nuestros hijos y sin querer se convirtió en una fiesta multicultural, era un reto ya que reunimos amistades de origen Inglés, India, México, del Caribe y de origen Asiático, teníamos diferentes personas, al paso de las horas la plática con el festejo con un ambiente mexicano, con comida diversa, estábamos escuchando tantas historias e ideas de cómo hacer la comida y como festejar a los hijos que al final a todos les gusto venir y pidieron quedarse más tiempo y comer más; les gusto tanto que sus hijos estaban disfrutando y gozando sencillamente con una piñata, un pastel, con tacos, tamales, etc. Después de un tiempo ellos adoptaron usar piñatas en sus fiestas y poner un quiosco con dulces hechos en México; les pregunte por que están usando eso si no eres de origen mexicano. Su respuesta “voy a disfrutar de todas esas actividades que para mí se me hicieron divertidas, además de saborear la rica comida, y eso no me hace rechazar el origen que tengo solo lo voy adaptar a mi propia cultura”, así lo hicieron y muchos disfrutaron esa idea en su familia.
Hay muchas cosas muy buenas que debemos aprovechar, pero debemos de ser conscientes de rechazar lo que nos puede dañar. Y para eso debemos de estar alerta con todo lo que circula en las redes sociales y los medios. Somos únicos e irrepetibles cada persona en este mundo es un mundo de ideas que pueden transformarte para bien o para mal.
No nos auto insultemos rebajándonos a escuchar, leer, ver contenidos irreverentes o basura informativa o entretener la mente consumiendo solo ideas vacías. Leamos un buen libro, escuchemos música agradable, disfrutemos la naturaleza y consumamos lo mejor de la vida.
No te dejes influenciar por “entrenadores de vida” puedes analizar sugerencias, pero que nadie dirija tu vida, desarrolla un plan de vida y traza la trayectoria. Déjate llevar por el silencio en la oración, ahí encontraras el camino y las respuestas para tu vida. Bendiciones
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